Al trabajar en el mundo de las traducciones juradas en Madrid Centro, estamos acostumbrados a la redacción de este tipo de documentos. Por lo general, nuestro trabajo consiste en pasar de un idioma a otro distintos documentos oficiales o públicos. Se trata de aquellos que están reglados. Lo que poca gente sabe es que también nuestras traducciones siguen una serie de reglas.
Y, por eso, hoy, como una de las más longevas e importantes empresas dedicadas a las traducciones juradas en Madrid Centro, queremos explicarte de primera mano las reglas que deben regir toda buena traducción jurada.
Para empezar, este trabajo es bastante más delicado de lo que puedes pensar. Es un mundo en el que, realmente, se necesitan unas reglas claras y una legislación sobre ellas. De hecho, un traductor jurado se compromete con su firma a atestiguar la valía del documento que ha traducido de un idioma a otro.
¿No basta, entonces, con pasar las palabras de una lengua a otra? Lo cierto es que no resulta suficiente, ya que este trabajo es bastante más complicado que eso. Por ejemplo, puedes suponer que es necesario traducir un texto penal en el que se acusa a un individuo de cometer un hurto menor. La definición de hurto menor no es la misma aquí que, por ejemplo, en Tanzania o Alemania. La ley no es universal para todos los países ni tampoco el modo de referirnos a ella.
Por eso, la gran dificultad y diferencia principal de las traducciones juradas son las necesidades de conocer el equivalente penal o legal en el país para el que estamos traduciendo. Lo que nos obliga a tener un conocimiento muy pormenorizado de las leyes, como ya te podrás imaginar.
Si necesitas una traducción jurada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Somos Traducciones Marchori.